Actualmente mucho se habla de suplementos, de micronutrición, de complementar la dieta y nutrición de la familia Se ha vuelto controversial el tema de agregar o no suplementos; esto nos lleva a preguntas importantes: ¿es posible cubrir todos nuestros requerimientos con un plan de alimentación convencional? ¿cuándo y por qué debo suplementarme? ¿cómo elegir los suplementos correctamente?
Durante muchos años se nos ha enseñado la idea que con una dieta completa, equilibrada, variada, inocua y suficiente se deben cubrir todos los requerimientos nutricionales, pero es muy probable que nuestro estilo de vida, el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados, dietas pobres en alimentos con nutrientes de alta calidad y la frecuencia de consumo de los mismos, ha comprometido la absorción de nutrientes que determinan en gran medida la salud de los pacientes y su buen pronóstico ante enfermedades.
Mucho se ha discutido sobre la suplementación de omega 3, para entender esto y poder decidir adecuadamente, hablemos específicamente de los ácidos grasos, o grasas cómo las llamamos comúnmente. Debemos entender que el 90% de las grasas dietéticas vienen en forma de triglicéridos, un concepto utilizado frecuentemente para referirse a parámetros alterados en nuestro perfil de lípidos en un estudio de laboratorio de rutina, sin embargo es importante entender que ese nombre se le da a las grasas en nuestro cuerpo y no es necesariamente algo malo; se llaman así porque como su nombre lo dice, tiene tres moléculas de ácidos grasos y una molécula de glicerol. Los triglicéridos son la forma en que nuestro cuerpo almacena energía, proveniente de grasa, digámosle para fines prácticos, nuestras reservas de combustible en tejido adiposo.
Otra categoría de las grasas que es importante entender y seguramente todos hemos escuchado, son ácidos grasos saturados, insaturados y poliinsaturados. Esta diferenciación tiene que ver con la estabilidad de su estructura molecular, es decir, la forma en que se encuentran en el ambiente (sólidos o líquidos) o bien la estabilidad de reaccionar con otros compuestos en el organismo, así como su estabilidad y eficiencia para desarrollar trabajos en el cuerpo como: nuevas estructuras celulares, formación de tejidos, servir como combustible, etc. Esa capacidad benéfica se verá condicionada por el tipo de ac, graso del que se esté hablando, específicamente en los poliinsaturados están los ac. grasos omega 3, estos se encuentran en alimentos como el pescado y la linaza, así como en suplementos dietéticos como el aceite de pescado. Los tres principales ac.grasos omega 3, son el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).
El organismo puede convertir de ALA en EPA y luego en DHA, pero solamente en cantidades muy pequeñas. Por lo tanto, la única manera práctica de aumentar las concentraciones de estos ácidos grasos omega 3 en el organismo es a partir de los EPA y DHA de los alimentos o bien de los suplementos dietéticos.
Las formas EPA y DHA se pueden encontrar en los aceites de pescados que viven principalmente en aguas frías como el salmón, atún, sardinas, entre otras variedades. En países orientales, que tienen un alto consumo de algas, son otra fuente importante de altas cantidades de DHA y EPA. En cuanto a la forma ALA, se puede encontrar en algunos aceites vegetales, chía, nueces, cacahuates y aceitunas.
Los principales beneficios a los se ha visto asociado el consumo de omega 3, son en enfermedades como lupus eritematoso sistémico, diabetes mellitus tipo 2, cáncer, arterioesclerosis, hiperlipidemia, síndrome metabólico, obesidad, enfermedades cardiovasculares, además de su efecto antiinflamatorio por medio del cual se ha visto previene o mejora algunas enfermedades, entre otros.
Es por esto que su suplementación adecuada es de vital importancia y al momento de elegir un suplemento de omega 3 debemos considerar los siguientes aspectos:
Cantidad total de ac grasos debe estar por arriba de 1 g, y de EPA y DHA en una concentración mayor a 500 mg respectivamente.
Debe ser a base de extracción de pescados, ya que, la proporción vegetal no cumple la demanda de EPA y DHA.
Preferentemente extraído de pescados azules de aguas frías, ya que, la calidad y concentración de lípidos es mejor y mayor.
Concentración, velocidad y porcentaje de absorción de los ac,, grasos, es decir, su bioactividad.
La pureza del omega, verificar de donde proviene el pescado del cual se extrajo.
Para poder cubrir los requerimientos de EPA y DHA, tendríamos que consumir un kilo de salmón salvaje para poder alcanzar más de 1g de omega 3, si de por sí consumir un kilo de salmón podría ser un reto, que éste fuera salvaje, sería prácticamente imposible.
La extracción del omega 3 de Zélé, se realizó con los mayores estándares de extracción y purificación, ya que, se hizo por medio de la tecnología más avanzada en procesos enzimáticos computarizados, lo que asegura la correcta selección de los triglicéridos de mejor calidad, a diferencia de los procesos convencionales de destilación extrema por medio de catalizadores, que sólo extraen ac grasos poliinsaturados que fueron seleccionados por su cantidad de carbonos, es decir por su tamaño y no necesariamente por su pureza.
La síntesis enzimática, asegura además de la pureza del omega 3, un 120% de biodisponibilidad y hasta un 98% de absorción, pieza angular en la efectividad terapéutica de la suplementación de omega 3, es por eso que una excelente opción de suplemento, a un costo competitivo, siempre buscando el beneficio del paciente.
La importancia de la suplementación va más allá de consumirla, debe ser seleccionada con mucho cuidado y estando en manos de profesionales de la salud que estén capacitados en esa área. La salud es un conjunto de decisiones responsables e informadas.