Dentro de las principales causas de la obesidad, y también las más conocidas, se encuentra la falta de actividad física, una dieta de baja calidad y elevada en carbohidratos y grasas. Actualmente conocemos, que otros factores del estilo de vida también pueden contribuir con el desarrollo de la obesidad. Numerosos estudios nos indican que la cantidad y la calidad del sueño es un factor que afecta directamente al metabolismo, una cantidad reducida del mismo puede desencadenar a largo plazo a el sobrepeso y obesidad, asi como otras afecciones crónicas como el síndrome metabolico.
El cuerpo realiza diferentes funciones mientras dormimos, y mientras estamos despiertos, durante el dia predomina la actividad física, el desgaste de energía y el consumo de alimentos, agua, por lo que nuestro cuerpo se prepara para esto, la digestion y utilización de nutrientes.
Durante el sueño, se ahorra y se almacena energía, se reducen los procesos digestivos y hay mas procesos de reparación, descanso. También se secretan diversas hormonas como la melatonina, la hormona de crecimiento que regulan estos procesos.
En la actualidad, llevamos un estilo de vida que, en su mayoría, fomenta las actividades nocturnas (computadora, teléfono), estas actividades son también de entretenimiento/diversión, por lo que disminuyen y opacan el placer del sueño, logrando que sigamos despiertos durante la primera mitad de la noche, para iniciar a descansar cerca o posterior de la media noche.
Los horarios de escuela y trabajo, sin embargo, no han cambiado y requieren que nos despertemos temprano.
Después de un desvelo (posterior a 3 a.m.) nuestro cuerpo nos pide hasta un 30% más de calorías, necesitamos más energía de la normal para hacer nuestras actividades cotidianas.
Los carbohidratos, o azúcares, son los alimentos que mas rápido nos dan energía, por lo que también en esta situación, es lo que te pide el cuerpo, para poder mantenernos despiertos. Tenemos menos ganas de hacer ejercicio, tenemos menos ganas de cocinar, por lo que también afecta a que podamos mantener otros buenos hábitos del estilo de vida.
La falta de sueño también genera alteraciones de hormonas reguladoras del apetito. La leptina disminuye y la grelina aumenta, resultando de ello mayor sensación de hambre. Estos cambios internos temporales podrían ser factores inductores de la sobre ingestión de alimentos, que a largo plazo ante desvelos constantes llevarían a una pérdida del control del apetito, al sobrepeso y obesidad.
L.N. Tabatha Roldan Hurtado
Cédula profesional: 12242516
Universidad Del Valle de México
Licenciatura en Nutrición