El ejercicio posee un efecto beneficioso sobre la salud y, consecuentemente, sobre el sistema inmunológico de las personas que lo practican. Esto se manifiesta por la activación del metabolismo de las grasas, una acción antioxidante y de neutralización del estrés que tanto perjudica al sistema inmune.
El ejercicio de intensidad moderada practicado de manera regular fortalece al sistema inmunológico por partida doble.
¿Cómo saber que es un ejercicio de intensidad moderada?
Sabemos que es así cuando una persona que realiza una actividad física de intensidad moderada debe ser capaz de mantener una conversación, pero con cierta dificultad, mientras lleva a cabo la actividad. Ejemplos de actividad física de intensidad moderada pueden ser andar a paso ligero, montar en bicicleta o bailar.
Por un lado, actúa directamente sobre las células inmunocompetentes a través de intermediarios químicos (hormonas, citocinas, etc.) y también facilitando que la circulación sanguínea lleve éstas por todo el organismo.
Por otro lado, el sistema inmune se beneficia de las mejores condiciones de salud creadas como consecuencia de la actividad física realizada (disminución del grado de estrés psicológico, control de la obesidad, etc.) al igual que lo hace el corazón y otros órganos.
Este fortalecimiento del sistema inmune nos protege frente a infecciones, tumores, evitando muchas enfermedades crónicas y retrasando el envejecimiento en adultos mayores.
En definitiva, podemos decir que el ejercicio físico de intensidad moderada beneficia y fortalece al sistema inmune en todas las edades, pero especialmente en las personas jóvenes y en los adultos mayores.
Otros beneficios que nos puede aportar:
Protege tu salud ósea.
Protege tus articulaciones.
Mejora el estado de ánimo (actúa como ansiolítico y antidepresivo)
Mejora la oxigenación.
Mejora el equilibrio.
Balance hormonal.
Mejora la calidad del sueño.
RECOMENDACIONES:
Realiza ejercicio de fuerza /resistencia, ya sea con peso extra o con tu propio peso, 2-3 veces por semana.
Realiza ejercicio cardiovascular al menos 2-3 veces por semana o 150 minutos por semana.
Si tienes un trabajo sedentario o pasas muchas horas sentado, párate cada hora y actívate 2-3 minutos desde tu lugar de trabajo, para mejorar tu flujo sanguíneo.